Manténgala Limpia y Lubricada
Su puerta trasera eléctrica trabaja duro cada día, por eso es fundamental mantenerla limpia. La suciedad, el polvo y pequeños residuos pueden acumularse en las guías y bisagras con el tiempo, dificultando que la puerta se abra o cierre suavemente. Simplemente use un paño suave y limpie regularmente las guías y bisagras. Si hay suciedad persistente, un poco de agua con jabón suave hará el trabajo, asegúrese de secar completamente después.
La lubricación también es importante. Las bisagras y piezas móviles necesitan un poco de ayuda para permanecer suaves. Use un lubricante de buena calidad (evite los demasiado espesos) y aplique una pequeña cantidad en las bisagras y bordes de las guías. Esto evita chirridos molestos y mantiene la puerta funcionando como nueva.
Verifique los Sensores con Frecuencia
La mayoría de los portones traseros eléctricos tienen sensores que ayudan en la operación sin usar las manos o en prevenir pellizcos. Estos sensores suelen estar en el parachoques o alrededor del borde del portón trasero, y pueden quedar bloqueados por lodo, nieve o incluso una hoja suelta.
Revísalos rápidamente cada semana. Límpialos suavemente con un paño seco para asegurarte de que no estén cubiertos. Si los sensores están sucios, tu portón trasero podría no responder cuando pases el pie debajo o podría cerrarse inesperadamente. Un pequeño chequeo ayuda mucho para mantener esa función inteligente funcionando correctamente.
Inspeccionar el Hardware Regularmente
El portón trasero está unido por tornillos, pernos y otras piezas pequeñas. Con el tiempo, estas piezas pueden aflojarse debido a la constante apertura y cierre. Una vez al mes aproximadamente, realiza una revisión rápida.
Mire las bisagras, los soportes que sujetan la puerta trasera y cualquier tornillo visible. Si encuentra alguno suelto, apriételo con un destornillador (sin excederse, solo hasta que quede firme). Los componentes sueltos pueden causar vibraciones, movimiento irregular o incluso dañar la puerta trasera con el tiempo. Detectarlo temprano le ahorrará problemas más adelante.
Las puertas traseras eléctricas son resistentes, pero no les gusta enfrentar condiciones extremas. Si vive en un lugar con mucha lluvia o nieve, asegúrese de secar los bordes y las guías de la puerta trasera después de condiciones climáticas adversas. La humedad puede provocar óxido, lo cual es perjudicial para las piezas metálicas.
En días de mucho calor, evite dejar la puerta trasera abierta por mucho tiempo. El calor puede sobrecargar un poco el motor. Y si está conduciendo fuera de carretera o en una zona polvorienta, límpiele extra a la puerta trasera al regresar: todo ese polvo puede colarse en las piezas móviles.
No ignore ruidos o movimientos extraños
Si tu portón trasero comienza a hacer ruidos extraños, como chirridos o crujidos, o si se mueve más lento de lo habitual, no lo ignores. Estas son pequeñas advertencias de que algo anda mal.
Quizás haya una piedra atascada en la guía, o alguna pieza esté desgastándose. Intentar forzarlo para abrirlo o cerrarlo cuando está fallando puede empeorar las cosas. Tómate un momento para revisar qué está pasando. Si no puedes resolverlo, está bien llamar a un profesional. Mejor arreglar un problema pequeño que esperar un fallo mayor.
Mantén un ojo en la fuente de energía. Tu portón trasero eléctrico funciona con la batería de tu auto, así que una batería débil puede hacer que funcione mal. Si el portón responde lentamente o se detiene a la mitad, primero verifica la batería del auto. A veces solo necesita un salto de energía o recargarla.
Además, si tu portón trasero tiene un fusible separado (algunos sí lo tienen), anota dónde está ubicado. Si el portón deja de funcionar repentinamente, es posible que el fusible esté quemado. Es una solución sencilla: simplemente reemplázalo con uno del mismo amperaje.
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